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CARTA A LA DIRIJENCIA DE LOS MOVIMIENTOS NEO CRISTIANOS Queridos amigos: Vacilé mucho antes de escribir i publicar esta carta. Comprendí, al fin, que, editada o inédita, ella influye por acción u omissión, –ni ustedes ni yo podemos impedirlo– , en personas, espacio i tiempo indiscernibles:
Hace su sombre en el suelo"(Martín Fierro?)" Queridos amigos: Ustedes, jenerosos i abnegadamente, se dan a la evanjelización de jóvenes i adultos. Cómo puede disculpárseme a mí que, casi jentil, apenas bautizado, pecador empedernido, cristiano nominal, escándalo de la comunidad, individuo que jamás realizó obra útil en la Iglesia; cómo puede disculpárseme la osadía de interpelar a quienes con sacrificios i fundados en testimonio de vida irreprocable, trabajan i cuidadosamente separan la cizaña del trigo en los campos de Jesucristo (Mateo 13, 24-30) Queridos amigos: yo no aduzco razones que autoricen mi audacia; quiero sólo esplicarla: Ustedes deciden, con mayor o menor intensidad, la figura o la contrafigura, la acción o la reacción del pueblo boaqueño. Los movimientos eclesiáles que ustedes dirijen, son, inevitablemente, fenómenos sociolójicos, aunque sean, también fenómenos relijiosos; forman parte de la Historia, de la que ustedes no lograrían separarlos, aunque se empeñaran en conseguirlo. El intento mismo de separación sería, en todo caso, nueva faz de un único fenómeno. Ustedes i los movimientos que ustedes dirijen, están, pues metidos, "inmersos", como ustedes dicen, en el mundo; pero no, no están "inmersos"son mundo; no están, Queridos amigos: Ustedes podrán menospreciar esta carta, emparedarla entre silencios, pero no podrán des-escribirla; podrán desterrarla del presente de ustedes pero así la confinarían al futuro, del cual ni ustedes ni yo somos dueños ni habitantes únicos. Esisten realidades, queridos amigos, que no desaparecen entre los párpados apretados, los oídos taponados i los labios sellados; existen sólidas, tercas, insidiosas realidades. A ellas eludo en mi carta. Queridos amigos: "Alguna vez ustedes se han preguntado, con sencillez infantil, si los humildes, si los fieles, si los testigos del Señor tienen algo que aprender de los orgullosos, de los traidores, de los enemigos del Señor? Yo recuerdo la burra de Balsam, que me recuerda, a su vez las libres iniciativas del amor de Dios. " El viento (pneuma) sopla donde quiere"(Juan, 3,8) "Derramaré mi Espíritu sobre toda carne"(Joel 3,1). Santo Tomás de Aquino asegura que toda Verdad pertenece al Espíritu Santo. A este próposito viene bien lo siguiente: (...)"la Iglesia, i más en estos nuestros tiempos, en que tan rápidamente cambian las cosas i tanto varían los modos de pensar, necesita de modo particular la ayuda de quienes viven en el mundo, conocen sus diversas instituciones i disciplinas i asimilan su mentalidad, sean o no creyentes(...) Más todavía de la misma oposición de quienes le son adversos o la persiguen, reconoce que se ha aventajado mcuho i mucho puede aprender todavía" (Gaudim et Spes, 44) ―las sublíneas son mías―. Queridos amigos: Si la Iglesia dice tales cosas de sí misma, que habrían de decir de ellos movimientos eclesiales que no cuentan cien años de existencia, ni acaso cien días? Esta referencia al Concilio no cuenta, ya lo sé. Como no valen referencias a la ciencia, a la teolojía a la filosofía. En los ambientes neo-cristianos predominan el fundamentalismo bíblico i el anti-intelectualismo más descorazonadores: !Sola Scriptura! !Muera la intelijencia! Mi fe débil, mi esperanza desfalleciente, mi caridad moribunda, me identifican, en cierta medida, con los incrédulos i los persiguidores; aunque, por gracia del Amor de Dios, soi cristiano. Ni aspirante a cristiano, ni aprendiz de cristianismo: cristiano entero, cristianazo, i como tal existo i existiré en el tiempo i en las eternidades altísimas o profundísimas. Existo sólo porque soi amado, i en los ojos de Dios, que me inventaron, en el brillo siempre nuevo de su mirada, me sustento, así como la sombre vive i se adensa en la luz. Pero dejemos lo subjetivo. Pasemos a lo medular de esta carta. Queridos amigos: Los movimientos que ustedes dirijen, ¿no estarán desvertebrando, despolitizando a los ciudadanos, especialmente a los ciudadanos jóvenes que se incorporan a esos movimientos? ¿no estarán esos movimientos ejerciendo una eficaz defensa del desorden establecido, de lo que los obispos latinoamericanos llamaron en Medellín " situaciones de pecado"? ¿No estarán esos movimientos retardando la liberación del pueblo? "Politizar a las masas es empeñarse con enerjía en hacer comprender a las masas que todo depende de ellas; que si nos detenemos es por su culpa i que si avanzamos también es por ellas; que no hai demiurgo, que no hai hombre ilustre i responsible de todo, sino que el demiurgo es el pueblo, i que las manos májicas no son en difinitivo sino las manos del pueblo"(Frantz Fanon, áLos Condenados de la Tierra, pájina 180. Fondo de Cultura Económica, México, cuarta impression, 1973) Queridos amigos: No olviden jamás, ni por un segundo, que cuando ustedes proclaman la Palabra no la trasmiten sino que la interpretan; que cuando ustedes viven la Palabra, no la encarnan en toda su pureza. Verbal o existencialmente ustedes solamente ralizan una exíjesis aproximativa de la Palabra. Y en el decir i en quehacer de ustedes hai más sociolojía secreta de la que ustedes suponen o desean; hai todo un sistema i todo un mecanismo ideo-teolójico defensor del sistema. Si la ideo-teolojía de la dirijencia es producto de las estructuras sociales, políticas, económicas deshumanizantes, la metodolojía de la dirijencia será un mecanismo protector i reproductor de aquellas estructuras; jamás la dirijencia ni la metodolojía de la dirijencia operará contra aquellas estructuras, ni nunca procurará la insurjencia de la conciencia crítica por la cual i mediante la cual los hombres se humanizan en relación dialíctica con la naturaleza. Jamás, ni nunca, salvo una verdadera conversión. La humanización del hombre no va contra la voluntad de Dios; por el contrario, el hombre está, llamado a ser más hombre, más libre por el amor de Dios; i solo asistido por el amor puede el hombre darle cumplimiento al amor. Mediante el amor gratuito de Dios al hombre, i en el amor del hombre al hombre, amor que se espresa en el establecimiento de la justicia i en la ejecución del servicio, i no a través de la esplotación del hombre por el hombre que recurre para tranquilizar su conciencia a la limosna i a la ternura; a la limosna i a la ternura que no alteran las relaciones pecaminosas cristalizadas en el sistema: propiedad privada de los medios de producción salariado. Queridos amigos: Cuando ustedes predican lo fundamental cristiano, no es lo fundamental cristiano lo que predican sino una teolojía de lo fundamental cristiano; teolojía que nace no sólo de fuentes evanjílicas, sino de soterrados, turbios pantanos sociolójicos e idelójicos. Y ello es inevitable. La humildad, en este caso, consiste en aceptar esa hiriente verdad, i en denunciar, dentro i fuera de nosotros, dondequiera que se oculte, la estructura opresora, i arrancarle su disfraz de hermana de la Caridad; quitarle a la estructura opresora uno de sus ropajes disimuladores, que es la costumbre. Revisen, queridos amigos, la propia teolojía acerca del amor, de la intelijencia, del compromiso, del testimonio; revísenla sin lástimas, con inflexible rigor; tal vez descubran que esas teolojías no son otra cosa que ideo-teolojía al servicio del sistema opresor. Ideoteolojias que producen i reproducen una especie de hombre cristiano incapaz de denunicar las estructuras esclavistas, i de anunciar i realizar el proyecto liberador. Hombres unidimensionales (Marcusse) que pueden reunirse sin conflictos mútuos porque la ideo-teolojía encubre las contradicciones de clase, las desigualdades económicas que impiden o retardan el advenimiento del amor: el amor no viene si no viene la Justicia. Queridos amigos: La esperanza ya no está en el corazón de los cristianos. Allí no encontró sitio; emigró entonces al corazón de los que sin conocer o reconocer a Jesucristo esperan un mundo nuevo. Nuestra esperanza, la de los cristianos, que tenemos la Promesa, teme el cumplimiento de la Promesa porque la plenitud de la Promesa es el final de los privilejios i las primojenituras. Nuestra esperanza se redujo a esperar que el esclavo sea un buen esclavo, que el amo sea un buen amo, el siervo un buen siervo, el patron un buen patron , el operario un buen operario. Nuestra esperanza se reduce a espera que, májicamente, los soberbios desciendan de su trono i los opulentos repartan su abundancia. "Los cristianos is sus pastores deben saber reconocer la mano del Todopoderoso en los acontecimientos que, periódicamente, deponen a los poderosos de sus tronos i elevan a los humildes, devuelvan a los ricos con las manos vacías i sacian a los hambrientos". (Mensaje de los Obispos del Tercer Mundo"(La sublínea es mía). Queridos amigos: La encarnación es misterio fundamental de nuestra fe. Sin embargo, menospreciamos las mediaciones, los instrumentos imprescindibles para la encarnación de nuestra fe. Nos interioriza i nos inmoviliza un sobrenaturalismo desmarjinado. La plegaria ya no es impulso sino quietud; ya no nos incorpora el mundo para salvarlo sin conformarnos con íl, sino que nos aisle en sinagogas; nuestra oración ya no es unificante, sino divisionista; nos amuralla en el area de los buenos, maniqueamos la contrapuesta al area de los malvados; nuestra plegaria ya no es apertura a las imprevisibles exijencias del Amor de Dios, sino aposentamiento en nuestras propias seguridades on en las seguridades que le pedimos al Amor Crucificado; la plegaria nuestra ya no vuelve sus oídos hacia la Historia, zarza ardiendo, desde donde Dios nos habla, sino hacia nuestra propia intimidad donde nosotros mismos nos escuchamos a nosotros mismos, como si nuestra voz, condicionada por las circunstancias i los intereses, pudiese sustituir a la llamada sorpresiva del Señor; nuestra plegaria, finalmente, nos enemista de aquellos hombres que tal vez nunca han rezado, pero que pugnan con mayor heroísmo que nosotros por advenimiento del Reino de Dios en la Historia. Queridos amigos: Aunque el tono polémico de esta carta i la falta de controversias en Macondo pudieron indicar resentimiento o ruindad de mi parte, crean, queridos amigos, que todas mis palabras, especialmente las más duras, nacen de un amor sincero a la Iglesia, i también de un auténtico aprecio por ustedes. "si hubiera más santos en el mundo, la lucha espiritual sería en él mas intensa. El Reino de Dios, manifestándose con mayor enerjía, suscitaría adhesiones más fervientes, oposiciones más violentas (…) Si vivimos relativamente en paz en medio de los hombres es, sin duda, porque somos tibios`(Henry de Lubac: Por los Caminos de Dios, p. 129. Ed. Lohlé) "Basta que un hombre sea postergado a sabiendas, o lo que es lo mismo, conscientemente abandonado en la miseria, para que el pacto cívico sea nulo en su totalidad; por tanto tiempo como un hombre esté fuera, la puerta que se le ha cerrado en las narices cierra una ciudad de injusticia i de odio"Carlos Peguy, citado por Jean Roussel en : `Peguy`p. 42. Ed. Fontanella. "Hai que decir la verdad, toda la verdad, nada más que la verdad. Decir crudamente la verdad cruda, preocupadamente la verdad que hace daño, tristemente la verdad triste. Quien no proclama la verdad cuando la conoce, se hace cómplice de los mentirosos i de los cobardes" Peguy. (No tengo a mano el testo) Con estas citas de Lubac i de Peguy concluyo mi carta. Al menos ella tendra el mérito de finalizar con el nombre de dos cristianos, sacerdote uno i laico el otro, que, ciertamente, honran mi carta i la resumen. Atentamente Flavio César Tijerino Boaco, 6 de noviembre de 1976 http://www.flaviotijerino.org/cartas/neo_cristianos.htm Regresar a CARTAS |