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La Radio Católica Puesto que es uno entre los medios de difusión en este país democrático, Radio Católica tiene el derecho de propugar abiertamente el partido politico que agrade o convenga a los mon-señores. Pero es escándalo (en griego) o descaro (en romance) que los mon-señores promuevan o toleren que la mencionada emisora abuse del adjetivo católica para emboscar opciones políticas; para embozar el discurso partidiario entre padrenuestros, avemarías y anjelus—que pertenecen al tesoro de la fe i tradición católicas—; entre homilías y apotegmas farisáicos. Indigna la filtración de propaganda de partido en lenguaje i voces beatas. Resulta insoportable la canonización del cinismo, la prédica del amor i la paz mientras el puñal con mango en forma de cruz se revuelve en las entrañas de la paz i del amor. Quienes aún dudan que la neutralidad no es más que una asechanza, analicen los programas de Radio Católica, i se convencerán de que la neutralidad es una mampuesta aleve contra los empobrecidos. Si el laicado nicaraguense estuviese menos clericalizado i tuviese fe militante, la Radio Católica no se hubiera atrevido nunca a emitir su odioso noticiero Iglesia –sacrilegio? Simonía?-. Tampoco los mon-señores lo hubieran cohonestado. Pero donde faltan la libertad i la dignidad Cristiana —o simplemente humanas– predominan la afrenta i el capricho. Los inspiradores i gacetilleros de Radio Católica saben —¡cómo no! — que el sector de la feligresía que escucha i aplaude esos programas malévolos, es –en la acepción etimológica del vocablo—una grei (rebaño). Al autor de esta nota no le escuece la opción política de la Emisora. Esa opción es ineluctable: Desgraciadamente dos mil años de historia atestiguan que los poderes eclesiásticos se solidarizan con los gamonales de los imperios; que los poderes eclesiásticos bendicen a los perseguidores de los empobrecidos i los santos. A quien escribe esta líneas nadie le paga ni podría pagarle que las escriba. Es bueno que lo sepan aquellos en cuyo cerebro i corazón no cabe el acto gratuito. Flavio César Tijerino Publicado en el Nuevo Diario Miércoles 18 de abril de 1990 La Radio Católica Regresar a CARTAS |