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Prologuillo Escasa, dispersa i somera, la documentación sobre el orijen del Municipio i de la llamada ciudad de Boaco, no integra todavía un volumen asequible is suficiente. Julián N. Guerrero i Jaime Incer, han incorporado, en algunas de sus varias obras, cuanto hasta ahora sabemos de cierto sobre aquel tema. Acerca de él, he leído de otros autores pájinas que son más bien cuadros costumbristas pintorescos, semblanzas induljentes, cuyo valor literario no es pertinente dilucidar aquí. Pero conviene apuntar, al paso, su impronta romántica rezagada: espejos celestinos cuyas lunas amables reflejan las espectativas del contemplador escribiente o lector. Valiosas, aunque parciales, las contribuciones de Guerrero i de Incer resultan imprescindibles para cualquier investigador de la historia boaqueña. Por otra parte, es urjente depurarla de provincianismos edulcorantes. Juan Ramón Jiménez advirtió que "no importa recordar el pasado, sino comprederlo". Es decir, valorarlo, juzgarlo con lucidez cordial. Amor no quita conocimiento. No esiste la objetividad narrativa: La historia nunca ha sido un cuento de hadas ni una telenovela censurada. Lo queramos o no, protagonizamos la realidad que nos ha precedido; coesistimos con lo que fue. Historiar es compro-meterse. No voi a dilatarme en ello; los remito a Perogrullo. Inversamente a lo que suele ocurrirme con la lectura de testos coterraneos, evocadores, he hallado en las pájinas de Sotelo Castillo segmentos REVOCADORES del ayer hermoseado por la memoria, secretamente o descaradamente asistida de idelogías reaccionarias defensoras intrépidas del stablishment. Por ejemplo, la sacra cesárea majestad del rei usurpador i jenocida otorga gracisamente a los aboríjenes las tierras que a éstos les habían arrebatado, a sangre i luego, las mesnadas gachupinas. Otrosí: Los sucesos de Olama i Mollejones presentados como la primera invasión sufrida por el territorio boaqueño; ¡Nacionales INVADIENDO su propia patria! Garavito sí fue en la historia de Boaco el primer INVASOR conocido. Otra más: Rigoberto Cabezas acometiendo la hazaña sañuda de pelear contra los indios que defendían su habitat i su cultura. O la esaltación de Yarrice, figura ambigua al servicio de los depredadores de la nación nicaragüense. Yarrince, vestido de payaso, mimetizando las elegancias cortesanas del Imperio. Seguramente la finalidad divulgadora de los Apuntes, el espacio i el tiempo disponibles impidieron que en ellos aparezca el aparato bibliográfico que algunos lectores echaran de menos. Esta breve historia Soteleña es la más estensa i apretada compilación que yo conozco sobre la materia. Estos apuntes históricos boqueños solazarán a muchos i suscitarán en alquien el deseo de pepenar, discriminar, a fin de rejistrar no sólo el hecho pintoresco, olvidado o desconocido, sino interpretar, valorar, punterar las íes, i comenzar ya la historia crítica del municipio i de la llamada ciudad de Boaco. —Sin agua no hai ciudad, ni siquiera caserío, pese a las celebraciones aniversarias, que sirven sólo para dilapidar el erario i para alza primar en los estrados el engreimiento vanílocuo de la nomenclatura burocrática oficial del ¿CASERIO? Flavio César Tijerino Saguatepe, -II-2002 Nota. al doctor Sotelo: Tanto usted como Quito me han asegurado que mi prologuillo se reproducirá integro. Cualquier omision alteraría su coherencia e intención. Si por razón de espacio tal integridad tiene que limitarse, obligaría a suprimir TODO el testo. Ojalá se respetare la ortografía del testo. Flavio César Tijerino Saguatepe, -II-2002 FCT Manuscrito de "Historiar es compro-meterse".FCT - prologuillo a Perogrullo, 3-II-2002, pg1 FCT Manuscrito de "Historiar es compro-meterse".FCT - prologuillo a Perogrullo, 3-II-2002, pg2 FCT Manuscrito de "Historiar es compro-meterse".FCT - prologuillo a Perogrullo, 3-II-2002, pg3 |
