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Palabras en Homenaje al Dr. Ramón Guillén

En nombre del Club de Lectores, en el de la Biblioteca FBM i en el mío propio deseo compartir con ustedes algunos pensamientos y sentimientos suscitados por la muerte del doctor Ramón Guillén Barquero; junto a él, presente desde ahora, de otra manera, en esta casa de libros i lectores tan amada, tan frecuentada i tan favorecida por el promotor de cultura doctor Ramón Guillén Barquero; a quién desde instante i mientras dure mi intervención mencionaré sólo con su apellido, tal como corresponde referirse a las celebridades.

He buscado –rebuscado una palabra española que represente la calidad humana de Guillén, ninguna me ha satisfecho, hallé, entre las de orijen francés, una que sí espresa los rasgos i el rango personales de Guillén: BONHOMIA, afabilidad natural, comunicante, o mejor esplicado en inglés por el Webster: plenitud de placentera y cooperadora amabilidad.—El bien es de suyo difusivo, escribió, en el siglo trece, en una de sus frases lapidarias Tomás d de Aquino. Según el verso inmortal de Antonio Machado, Guillén era “bueno, en el buen sentido de la palabra bueno.”

Dicen que lo que natura no da Salamanca no lo presta, pero hai hombres, como Guillén, privilegiados por los dones de la naturaleza, los préstamos de la universidad, los abonos de la esperiencia i el aporte de los libros, leidos estos últimos en soledad y compartida su esencia en amistosa compañía. Guillén era hombre poseedor de las tres sillas recomendadas por David Hery Thoreau; una para la soledad, dos para la amistad y tres para la sociedad. Guillén era una sintésis individual de la naturaleza, la universidad, el intenso vivir i la lectura.

Quizás el signo más revelador del la inteligencia, la sabiduría i la sensibilidad humanas sea lograr en la persona el acorde del talento, la información, la bondad, el silencio i la palabra. Gullén sabía muchas cosas i sabía decirlas i callarlas a tiempo, no a tientos desatados e impertinentes: suma de discreción i de elocuencia era Gullén . ¡Cuánto aprendimos quienes tuvimos la suerte de ser amigo!

Guillén era un hombre interesante porque a él todo le interesaba. L a política, las artes (incluida, claro está, la literatura); todo le interesaba: la historia, la salud pública, el humor, todo. Por eso era, es i sigue siendo, seguirá siendo un personaje interesante. Un promotor de cultura, como dicen los locos de hoy.

¡Como le dolía a Guillén la ruina de este edificio, que hoi visita corporalmente por última vez. Esta ruina, testigo del yo-que-pierdismo i la deshonestidad de quienes se comprometieron a restaurar este inmueble, i desde hace tres años suspendieron los trabajos i no rinden cuentas del dinero malgastado.

¡Cómo se alegraba Guillén cuando veía en este salón de lectura a cien estudiantes procesando aquí sus tareas escolares y como le alegraba a Guillén que lo visitaran estudiantes i estudiosos que buscábamos en la memoria de Guillén i en su abundante i antolójica biblioteca la información necesaria.

“La manifestación terrena más expresiva de la inmortalidad del hombre cuando muere es la continuidad de su 'presencia que no está' (Luis de Granada) “

Guillén fue, es, seguirá siendo manantial de inspiración humanista i de fe en el destino superior de nuestra especie. Consciente como pocos del dramático estancamiento actual de su pueblo, confiaba en que eso era solo un momento de historia. Sin embargo, sin embargo, sin embargo, cuando Gillén se despedía de nosotros, pudo haber repetido con humildad i verdad—que son según Santa Teresa, una misma cosa—pudo haber repetido la aguda frase que escuchó tantas veces en su amado Madrid: ¡Adios Boaco, que te quedás sin gente! Que de haberlo oído yo, le hubiera respondido lo que ahora le respondo: No, doctor. Usted bromea. Hace que se va, pero se queda jugando al escondite con nosotros i desde los rincones claroscuros de la muerte nos grita animoso. ¡Ya!

Flavio César Tijerino
Boaco, 4-X-94


Se le aclara al apreciado lector que en estas páginas web
se ha respetado la ortografía única y distintiva del Poeta Flavio César Tijerino

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