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Declaración Personal No puedo quejarme de la vida. Al final de la mía veo que, desde mi adolescencia la vida me ha puesto muchas veces en el tresidós de escoger entre el honor i la ignominia; la libertad i el miedo, los oprimidos i los empobrecedores; la inteligencia imaginativa i cordial, la chambonada altanera, dilijente i depredadora. ¡Que viban los compañeros! Estoi con los trabajadores manuales e intelectuales de la Nicaragua digna. Vivan Zeledón Sandino i Fonseca. Estoi con los obreros en huelga. Me solidarizo con su reclamo de un salario que no mate de hambre a sus hijos. Me solidarizo con los trabajadores enfrentados a la desfachatez i crueldad de funcionarios que se asignan sueldos cuantiosos, pero encajan sueldos inicuos a los subordinados. La lei no es lo que manda el rei. Lei injusta no obliga. Lo saben los teólogos de Radio Católica. Lei injusta no es tal lei, ni obliga. Esto hai que decirlo aun con la boca llena de tierra i de gusanos. Paz sin justicia es un sueño. Flavio César Tijerino Boaco, 16 de mayo de 1990 |