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En la Biblioteca Fernando Buitrago Morales, el día de la inauguración de su edificio ya restaurado
Boaco – XII – 18 – 97


    – Injeniero Rafael Vargas Ruíz, director de Relaciones Internacionales del Instituto Nicaraguense de Cultura, representante del Director Jeneral del INC. Licenciado Javier Jirón, Director de Bibliotecas Públicas.
    – Honorable doctor Hideo Sato, Encargado de Negocios de la Embajada del Japón
    – Licenciado Miguel Ramírez, Encargado de Pequeños Negocios en Nicaragua –Cuerpo de Paz en EEUU–
    – Monseñor Edgard Santa María, Parróco de la Iglesia Santiago de Baoco.
    – Ingeniero Jilberto Buitrago, Alcalde de Boaco.
    – Señoras, Señores, amigas, amigos:

No reiteraré, desmañadamente, lo que aquí se ha espresado con autoridad, precision i gracia superiores: reconocimiento i alegría.

Una idea diferente me pide la palabra. Se la doi porque no quiero que más tarde me acuse de haberla amordazado en esta ocasión escepcional.

A los viejos los años nos vuelven admonitivos, i muchas veces equivocamos las oportunidades. No sé si el tiempo me dejará saber si hoi fui indiscreto o previsor.

Algunos amigos me han dicho i otros me han contado que oyeron decir que esta casa es mui grande para solo biblioteca, i que debería emplearse también como sede, más o menos permanente, de otras manifestaciones culturales. Conozco esta bliblioteca desde antes de que ella viniese a esta casa; la conozco desde antes que fundaran esta biblioteca, en 1979, ocho estudiantes de segunda enseñanza, cuyos nombres están inscritos en la lápida conmemmorativa aplicada en uno de los frontis de este edificio. He repasado los títulos – todos – del acervo bibliográfico de esta biblioteca. Soi testigo de que, en los últimos años concurren a ella, en tiempo laboral, más de 300 lectores, cada día. Alguno de estos lectores me han concedido el privilejio de asesorarlos i he procurado complacerlos, con más paciencia que ciencia, con más devoción que conocimientos.

Con "modestia orgullosa" –me valgo del oxímoron rubendariano– creo que puedo alegar alguna pertinencia, cuando opino sobre lo que tanto he venido queriendo: la Biblioteca Pública Fernando Buitrago Morales, la biblioteca de mi pueblo.

Señora , señores, amigas, amigos: esta casa tan Hermosa i tan grande es ciertamente pequeña ahora, en 1997. Hai muchos libros que seguirán guardados en cajas porque no caben aquí más estantes en que ordenar esos libros. I habrán de venir más libros a esta biblioteca. Faltan testos para profesionales i para estudiantes universitarios.

Ahora que ustedes conocen la sala de lectura i la ven atestadas de mesas, se preguntarán ustedes dónde se acomodarán los más de 300 usuarios que todos los días concurren a esta biblioteca. También habrán observado ustedes que no hai sitio para más estantes.

Un tercio del area útil de este edicio sirve como sala infantil, en ella estamos reunidos en este momento. Tal espacio debe reservarse para usuarios adultos que precisan silencio. Los estudiantes de segunda enseñanza no pueden ni deben guarder silencio en la sala jeneral de lectura, puesto que van a ella para efectuar trabajos escolares de grupos. I aunque se cometiera el despropósito de callarlos, la sola presencia de más de 200 jóvenes, unos sentados, i otros, de pie la mayor parte de ellos, esperando turno, formaría bullicio irrefrenable.

Así mismo verán ustedes que en una de las alas de esta biblioteca se guardan envueltas las piezas del museo antropológico, que fundó otro grupo de jóvenes de segunda enseñanza en la década de los setenta, animando, orientado, acuerpado por el poeta doctor Armando Incer i por el professor Fulvio Campos.

La Buena voluntad de algunas personas, quizás desinformadas, o el empeño de otras en aplicar al asunto criterios provincianos podrían inducer respuestas desacertadas que, de ser atendidas estorbarán, sin duda, el desarrollo del B. P. F. B. M, el desarrollo de la Biblioteca infantil i el desarrollo del Museo.

No desnudemos al vestido a medias para vestir al desnudo.

Concluyo solicitando me perdonen lo contencioso de mi intervención. Me forzó a ello el recuerdo de que si Boaco quiere progresar necesita no solo promover su industria sino, primordialmente, contar con investigadores, i estos requieren información; es decir, biblioteca.

Meditemos en la estupenda frase de Jose María de Cossío:
"Cultura es lo que queda cuando no queda nada".

Flavio César Tijerino
Boaco, 18 - XII - 1997
http://www.flaviotijerino.org/biblioteca/biblioteca1.htm

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Se le aclara al apreciado lector que en estas páginas web
se ha respetado la ortografía única y distintiva del Poeta Flavio César Tijerino

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