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Como a nuestro parecer
cualquiera tiempo pasado
Fue mejor.
J.M.
—Flavio César Tijerino—


Licenciado Melvin Romero

Alcalde del Municipio de Boaco

Su despacho.-

Estimado Melvin, me ha parecido mui bueno, en jeneral, el programa conmemorativo del decreto (24-II-1895) que erijió en ciudad la villa de Boaco. Se ve ejemplar en los recientes festejos la coparticipación de entidades públicas i particulares, entre las últimas, sobresalen la UPOLI i la Biblioteca.

Quebrantos de salud me han impedido concurrir a las muchas i diversas actividades cumplidas. Personas amigas cuya opinión vale más que la mía, me han dicho que el programa, en general, les gustó muchísimo. Entonces, ¿por qué en mi carta el reiterativo en jeneral? Porque algunos elementos de la cultura boaqueña, preponderantes en el programa conmemorativo, son herencia, metástasis, de las costumbres de la villa legalmente finada del 24 de marzo de 1895. Para abreviar, señalaré la discrecionalidad autoritaria de la Administración, en sus varias espresiones, pues no sólo apaña sino que también organiza frecuentísimos chinchines, que a las cinco de la mañana recorren las calles de la ¿ciudad? i perturban con sus estruendos el sueño de los moradores ¿Los enfermos? ¿Los ancianos? ¿Los lactantes? La Administración no sólo apaña sino que también practica la clausura de calles, so pretesto de bailes populares onerosos ¿Qué hace la policía que no le devuelve a los contribuyentes el uso de los espacios públicos? La Administración no sólo autoriza sino que también emplea los parlantes móviles o estacionarios que vociferan sus mensajes por la ¿ciudad? Melvin, vos sos persona instruida que sabe que, sin falta, el ruido contamina i, por eso, perjudica la salud síquica y física del animal más valioso de la creación. Los daños que el ruido provoca son o irreversibles o de mui difícil i costoso remedio. En nombre del negocio, la recreación o las funciones de gobierno nadie tiene derecho de autorizar a nadie para que ensordezca al vecindario o para que perturbe sus labores o su descanso. Yo sé, Melvin, que esta situación es, hoi por hoi, es irreformable. Vos i tus contemporáneos son jente de lo pasado así como yo i mis contemporáneos somos jente de lo antepasado. No podemos imajinar ni, mucho menos, desear otra ciudad que no sea ésta en la que sobrevivimos. Somos parte viva de ese ayer idolatrado, embellecido, transfigurado por nuestra nostalgia —aprendida—i más por la nostalgia ajena —enseñada— Umbilicalmente unidos a él, agonizaríamos si lo dejáramos. Sólo cuando nos muramos lo dejaremos. Yo espero que cuando las nuevas jeneraciones celebren el segundo centenario de Boaco, la villa será ciudad, alegre pero no aturdida por pintorescas bullas; tampoco sus habitantes sufrirán que barreras ilegales impidan el tránsito por las calles.

Estimado Melvin, la medida de mi estimación por vos es el espacio i contenido desta carta, que concluye con la lúcida y alentadora frase de Serrano Caldera: "Cualquiera tiempo futuro fue mejor".

Atentamente,

Flavio César Tijerino


FCT Conmemoraciones de Boaco, El Nuevo Diario, 26 de Marzo del 2001





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se ha respetado la ortografía única y distintiva del Poeta Flavio César Tijerino

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